Etou Ranze es una muchacha linda, simpática, tierna, algo distraída, un poco torpe, sin duda como cualquier otra chica de su edad, sin embargo Etou no es como cualquier otra muchacha, es hija de un vampiro y de una mujer lobo, provenientes del mundo de los demonios, aunque exiliados en la Tierra. Contra todo pronóstico la protagonista no tiene ninguna de las características de sus progenitores, esta situación angustia a sus padres, quienes están ansiosos por ver que su hija se convierta en un gran monstruo. Cabizbajos la inscriben a una escuela para que pueda criarse junto a otros humanos. Tan sólo en su primer día Ranze vivirá dos sucesos que cambiarán su vida, conoce a Makabe Shun del que se enamorará a primera vista. Esto la lleva a conocer a Kamiya Yoko, otra chica enamorada de Shun, quien no tiene reparos en advertir a la nueva estudiante que no puede interesarse en él. De esta tensión nacerá una enemistad que hará discutir a ambas chicas hasta terminar en una pelea, en cierto momento Ranze muerde a su compañera, al hacerlo sufre una metamorfosis que la hace ser idéntica a Yoko, Ranze descubrió el primero de sus poderes sobrenaturales.
En general cada episodio se basa en desatinados intentos de Ranze por llamar la atención de Makabe Shun y las peripecias que llegan con el uso irresponsable de sus poderes, de vez en cuando se presenta una carga dramática que hace cambiar el tono de la serie con cierta bipolaridad, pasa de la comedia disparatada al melodrama telenovelesco. Que un monstruo se enamore de un humano es un gran tabú en el mundo de los demonios, si un humano se entera de la existencia de los demonios y su mundo, el monstruos descubierto deberá asesinar al humano conocedor del secreto o desaparecer sin dejar rastros. Ranze no sólo debe enamorar a su compañero de clase, sino superar los obstáculos sociales que le imponen su origen sobrenatural, debe convencer a sus padres que su enamoramiento no es sólo un capricho y que no se siente atraída por los monstruos.
De hecho gran parte de los episodios oscilan entre estas temáticas, se muestra una comedia donde Ranze se mete en problemas en sus intentos por enamorar a Shun y sacar provecho de sus poderes, sin embargo para el final de los episodios cambia el tono por uno dramático, donde la protagonista se da cuenta que su condición no es del todo afortunada, su amor tiene más obstáculos de los que pudo anticipar en un inicio, pues incluso de consumarse pondría en peligro a su familia y a su ser amado. Aunque esta bipolaridad pareciera que da más profundidad en el mensaje de la obra, no ocurre tanto así, el drama no se acomoda del todo al resto de elementos, muchas de las escenas con estos rasgos de hecho no se presentan como un proceso natural, donde un personaje que conlleva un problema lo afronta, más bien estas escenas tienden a la sorpresa, pues casi siempre llegan como cambios bruscos de tono en tramas que no plantean dichas problemáticas.
Un buen ejemplo puede ser el episodio 13, donde los personajes van a esquiar en un viaje escolar. Lo que muestra el episodio es a Ranze y Yoko haciéndose bromas de modo que alguna quede en ridículo frente a toda la clase. Esta trama amena se torna oscura en sus últimos minutos, donde la madre de Ranze, enfurecida por ver a su hija junto a un humano, se transforma en un lobo e intenta atacar a Shun, sin embargo la protagonista recibe el ataque para proteger al muchacho. Es una escena muy tensa, en primera por ver a un personaje dispuesto a dañar gravemente a otro, en segunda por ver que el daño que recibe Ranze tiene consecuencias. Los temores de la madre Ranze ocasionan que dañe a su propia hija, un hecho que podría generar un cambio ideológico en el personaje, mas este hecho que llega con tanta tensión parece olvidarse.
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Incluso hay intentos de suicidio |
Y así es en general Tokimeki tonight, una comedia ligera que, sin previo aviso en muchos momentos, gusta de cambiar su contenido a una tensión inesperada. Parece que se desarrollará una trama profunda, pero esto se limita un par de escenas que no se incorporan al carácter general de la obra.
La serie se divide en dos fragmentos, en realidad no muy distantes en sus características salvo su argumento. El primer estrato parte del episodio uno hasta el veintiséis, en el cual se presentan los conflictos que ya mencioné, una Ranze que intenta llamar la atención de Shun, a la vez que afronta las normas sociales del mundo de los monstruos que le impiden enamorarse de un humano, y ocultar su identidad de monstruo frente a sus amigos. Estas tramas finalizan en el episodio veinticinco y en el veintiséis, pues en ellos se resuelven estos tres problemas, Makabe descubre la identidad de Etou, ambos enfrentan pruebas del mundo de los demonios en pos de que les perdonen las faltas cometidas, e inician una relación (se indica en términos ambiguos) que la familia de Ranze apoya. Incluso podría tomarse como un final, salvo que no resuelve el último de los conflictos que presentaba la historia, la búsqueda del príncipe perdido en el mundo humano.
La segunda parte (desarrollada del episodio veintisiete hasta el final en el capítulo treinta y tres) es más extraña debido a que sólo cuenta con un conflicto que sólo se presenta de forma muy apresurada en el episodio final. La serie pierde esa bipolaridad que describí y se vuelve en una experiencia plana, centrada en las aventuras cotidianas de la pareja, sin ningún conflicto general que abarque el gran transcurso de los episodios.
En muchas otras comedias románticas que he revisado es notable ese término medio entre las emociones de los personajes, quienes están atrapados en la indecisión de un fatal triángulo romántico. Es un recurso simple, que incluso resulta fastidioso si se usa por demasiado tiempo, sin embargo es funcional para mantener este tipo de tramas. En esta ocasión se resuelve el problema demasiado rápido a comparación, lo que incita el declive de la historia.
El fin de un triángulo romántico no es el fin de la historia, pues este debe ser un conflicto, y no el motor que caracteriza a los personajes. En Maison Ikkoku por ejemplo, el fin del triángulo no significa una unión de los protagonistas, ambos aún enfrentan sus propios conflictos ajenos a la relación, Kyoko con el luto y el estancamiento de su vida que ella misma se impone y Godai el ingreso a la vida adulta. En Macross ocurre algo similar, Hikaru creció durante toda la historia, el mundo de fama y música de Minmay ya es banal para un personaje que conoció los peores dolores de la guerra, estar junto a la cantante es un deseo infantil; Minmay también creció, sin embargo no se adapta a su nuevo entorno, de modo que idealiza en Hikaru sus días más simples, para ambos aceptar que no pueden estar juntos es sólo el primer paso de la madurez. En Kimagure Orange Road, que Kyosuke abandone a Hikaru, significa abandonar los días amenos de la adolescencia, destruir la indecisión del triángulo romántico trae el crecimiento, pero a la vez el dolor de destruir una amistad entrañable, aunque detenía el desarrollo de los tres protagonistas. En tokimeki tonight, en cambio, acaba el triángulo romántico y se acaba la historia, en primer lugar porque romperlo no tiene ningún peso para los personajes, en segundo porque los personajes son tan simples que no tienen más motivaciones. Para Ranze todo era Shun, Shun sólo piensa en el boxeo, además Yoko es un remedio cómico. Por esto se nota que la serie no dominaba su tono dramático, pues los personajes no están construidos para una trama de ese carácter, sus mejores actuaciones se limitan a su carisma y su jocosidad en divertidas situaciones.
De hecho las tramas que más destacan en esta segunda parte son las que ignoran la ruptura del triángulo romántico e incluso lo retoman. Como el episodio veintinueve donde Ranze viaja por el tiempo, en él la protagonista regresa al pasado, ahí nota que Yoko y Shun ya eran amigos mucho antes que ella los conociera, lo que la hace empatizar con Yoko, pues entiende que en los ojos de su rival ella fue una chica que quiere quitarle a la persona de la que estuvo enamorada toda la vida. Posteriormente Ranze viaja al futuro, sólo para ver que Yoko y Shun tienen carreras exitosas y una relación, mientras que su vida se fue en decadencia, al regresar deprimida a casa su madre la tranquiliza diciéndole que un viaje al futuro tan sólo es una mezcla de las esperanzas y los miedos del viajero, por eso es tan fácil modificarlo. Es un episodio interesante porque se desarrolla a la protagonista desde dos planos distintos, empatiza con una persona que era opuesta a ella, además se dota al personaje de inseguridades, Shun y Yoko se conocen de toda la vida, ese lazo puede implicar una mayor cercanía, que hace temer a la protagonista. Aunque es de las pocas tramas a destacar en la segunda parte.
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Un problema frecuente para estudiantes de latín |
Como ya mencioné los personajes destacan más por su carisma y jocosidad, que es al mismo tiempo el punto más brillante de la serie. Sus interacciones de comedia desenfrenada es lo que mantiene en gran medida el interés de la obra. Pocas familias memorables hay en el mundo del anime, y encuentro en la familia Etou una de esas excepciones. No sólo son el centro de graciosas discusiones entre un padre distraído y una madre severa, el retrato familiar es fiel, cada integrante está para el otro en los mejores y peores momentos. De hecho el mejor desarrollo de personajes que ofrece la serie es el de los Etou en conjunto. En un inicio se puede ver cómo los padres rechazan en absoluto la vida humana de Ranze, e incluso la vigilan con angustia su fácil adaptación al mundo humano. Poco a poco cada uno cambia de opinión, entienden que antes de los castigos y las ilusiones que promete el mundo de los demonios, lo más importante es mantenerse unidos.
Algo curioso de la serie es que presenta sólo padres buenos. Tamasaburo es un gigante de buen corazón que siempre está atento a los caprichos de su querida Yoko. Hanae, pese a ser una madre ausente por su trabajo, tiene una buena comunicación con Shun. Incluso los descuidos de Shira y Mori nacen de la preocupación por criar de la mejor forma a Ranze y Rinze. Hasta el inclemente rey de los demonios, que destaca por su crueldad, desea reencontrarse con su hijo perdido, pese a que este se crió como un humano, seres a los que odia.
De ahí en más poco se puede comentar. Una experiencia cómica interesante, pues retoma el tópico occidental de la familia de monstruos y lo reelabora según las características del anime de la época, con un resultado un tanto exótico, no tan original, pero sí muy distinto a obras como Los locos Adams u Hotel Transilvania, por mencionar los casos más recientes de estos tropos. Por otra parte Tokimeki tonight sorprende al romper de vez en cuando el tono cómico por una tensión dramática que promete profundizar a los personajes, pero estos lapsos serios no logran integrarse de buena manera en la obra. Hay un mal manejo en la tensión, pues mientras hay capítulos importantes para el desarrollo de la historia que llegan de un momento a otro, sin ninguna sensación de progresión, también hay conglomerados de episodios que no desarrollan un conflicto en general. Una obra de contrastes y chispazos, sin embargo, lo mejor de ella, es lo que presenta a cada episodio, su carisma y jocosidad.
Anexos:
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Other voices |
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Boys don't cry |
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Just like heaven |
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