Ir al contenido principal

Kids on the slope, no escuchar música, vivirla

Dudo que exista una forma definitiva de escuchar música. Cualquiera podría pensar que lo mejor es sentarse en un lugar cómodo, cerrar los ojos, poner atención a cada nota, a cada cambio de tono, a las distintas dinámicas en las que juegan los instrumentos, mientras el espíritu elucida el placer más elevado de la experiencia estética. Lo que tal vez funcione para un erudito del sonido, pero hay tanta diversidad de música que es lógico que deba haber una cantidad igual de dinámicas para apreciarla. Como escuchar una de esas melosas canciones de pop ochentero, con su energía y su diversión levantan el ánimo para realizar las tareas más terribles como lavar trastes, sería extraño apreciarla con el método anterior. 


Sin embargo no escribo esto en favor de la diversidad, sino para señalar las opiniones que simplemente no entiendo. Me parece un lugar común en general de la música y en particular del jazz, el que se les señale como productos de relajación, casi como pastillas somníferas a las que uno no acude por el sabor, sino por el efecto. Yo no escucho música para relajarme y mucho menos para dormir, las cosas que me hacen dormir por lo general no son las mismas que disfruto. Aunque entienda a la relajación más como un sentimiento de bienestar, en el jazz, por ejemplo, los temas que me gustan son los que exaltan las emociones, incluso las no deseables, los que ponen a prueba cada idea preconcebida de lo que pienso que puede ser la estructura de una composición musical, casi como una aproximación a la locura. 


Por ejemplo My favorite things de John Coltrane, la encuentro como una extensión del tema original que va muy lejos, que le hace perder la cordura, que revisa, extiende, rompe y pega todo lo que puede decir la original, la versión de Coltrane muestra todo el conjunto de emociones que nacen de las cosas favoritas, de una manera explosiva, no como una simple enumeración, sino como un collage de fotografías vistas desde un caleidoscopio. Nunca podría unir el jazz con la relajación o la tranquilidad. 


Me planteé esto mientras veía cómo se trataba la música en Kids on the slope. Es un anime que narra dos eventos simultáneos, la amistad entre Kaoru y Sentaro, junto al descubrimiento del jazz, música que marcará el ritmo bajo el que vivirán su adolescencia. Se conocen cuando Kaoru llega como nuevo estudiante a la misma escuela en la que estudia Sentaro. A simple vista son totalmente opuestos, Kaoru es un muchacho poco sociable, algo quisquilloso, reservado, inteligente, con cierta antipatía por otras personas y pasa el tiempo tocando música clásica en el piano; por otra parte Sentaro es un tipo vivaracho, problemático, rudo, fuerte e intimidante, y su pasatiempo es tocar jazz en su batería. 


SAKAMICHI NO APOLON O.S.T. - Sakamichi No Apolon - Amazon.com Music


Cómo personajes tan diferentes pueden llegar a ser amigos. Es un tópico común ver el típico par impar, dos personajes opuestos que se complementan en sus diferencias y son mejores amigos. Aunque puede decirse que en esta serie no hay una diferencia en el tropo, sí hay una atención especial al origen de esta amistad atípica. Toman un buen tiempo para considerar al otro como un amigo, tardarán en encontrar similitudes capaces de dar pie a ello. Estas similitudes son dos. En primer lugar su soledad, aunque ambos tienen seres queridos, en realidad se sienten ajenos a ellos, como si fueran extranjeros que están de paso. El otro vínculo será el amor por la música, en especial la pasión por el jazz que le contagiará Sentaro a Kaoru, la cual servirá de muchas formas, cómo un proyecto en común, como una comunicación exclusiva, y como un nuevo ritmo que renovará las vidas tediosas que llevaban. 


Además de estas similitudes hay otro personaje impulsor de la amistad entre ambos y será el intermediario entre sus personalidades opuestas. Ritsuko, amiga de la infancia de Sentaro, y la primera persona en entablar amistad con Kaoru tras su llegada a la escuela. De hecho será la primera en sugerir que ambos personajes toquen música juntos. Ritsuko se convertirá en el interés romántico de Kaoru, quien al inicio sólo convive con Sentaro para estar por más tiempo con ella. 


La gran base del anime será esa, el trío de protagonistas viviendo la adolescencia, mientras descubren el mundo del jazz, a la vez que enfrentan sus demonios internos y otros problemas que se suman como el desamor, inseguridades, decepciones o accidentes. Kids on the slope es un anime de descubrimientos y redescubrimientos, lo que se refleja principalmente en el jazz, elemento fundamental en la serie, que será muchas veces lo que explique, mueva y modifique a los personajes y sus relaciones. 


El caso más evidente es la pieza Moanin’, es la que hace que Kaoru se interese por este tipo de música, además se volverá la alegoría de amistad entre ambos. Siempre que sus vínculos son más fuertes sonarán las notas de Moanin’, e incluso muchas veces se convierte en un tipo de reconciliación o acercamiento más efectivo para los personajes que las mismas palabras. Y no es que sean incapaces de comunicar emociones si no es con la música (en los primeros episodios sí), al contrario se puede ver cómo dialogan, discuten y se apoyan, pero la música es un mejor medio cuando las emociones son más difíciles de asimilar, o cuando la mejor forma de expresar una alegría regocijante es en alocados duetos de jazz. 


Impressions: Kids on the Slope Episodes 2-9 | Anime manga, Anime, Kodamas


Otra pieza con una función similar es My favorite things que también podría representar una amistad, ahora en conjunto con los tres personajes Kaoru, Sentaro y Ritsuko, salvo que tiene un funcionamiento más específico, a la vez que nos habla de la alegría de este trío por ser amigos, también nos habla de las felicidades específicas de los personajes. Sentaro disfruta tocar esa música en el momento en que sus esperanzas están más altas, cuando cree que su amor será un sentimiento correspondido. Kaoru y Ritsuko lo llegan a escuchar cuando están solos en un salón de clases, en este caso es uno de los primeros momentos en que Ritsuko se da cuenta de la seguridad que le transmite Kaoru, mientras que para Kaoru estar cerca de Ritsuko ya de por sí es un motivo de felicidad. No es raro que cerca del final de la serie el trío protagonista interprete esta pieza, es un emblema de felicidad que simboliza su amistad. 


Es un anime algo cursi, que si no empalaga es porque hay cierto contraste con los múltiples conflictos que van enfrentando los protagonistas, cada uno un poco más difícil que el anterior, el primero es un simple triángulo romántico, pero al final de la serie los problemas se vuelven a las dudas sobre el lugar que se tiene en el mundo. En suma es un retrato fiel de la adolescencia, el primer amor, las decepciones amorosas, la amistad, las desgracias, la soledad, descubrir las pasiones en lo que antes sólo eran pasatiempos y no escuchar música, sino vivirla. De hecho muchas de las piezas son temas icónicos del jazz, estoy casi seguro que el que quiere iniciar a escuchar este género lo primero que encuentra es Moanin’, My favorite things o But not for me, al menos en mi caso así lo fue. Lo que me permitió empatizar un poco más viendo cómo los personajes se apasionaban por las composiciones de las que yo me enganché de la misma manera hace un par de años. 


Me gustaría explicar un poco más por qué el funcionamiento de la música en esta historia es diferente, para ello me remonto a otro anime en que participaron los responsables de este, Yoko Kanno y Shinichiro Watanabe, el clásico Cowboy Bebop. También en él la música se vuelve un elemento protagónico, de diferente manera, aunque Kids on the slope tiene un buen repertorio, no es tan amplio como el de anime noventero, y ahí está la clave. En Cowboy Bebop los temas son similares al universo en que se desarrollan, tan diversos y tan vivos que al ver un episodio no es difícil aceptar que no se vio todo detalle, ni se escuchó toda nota musical, temas interesantes pueden aparecer por unos segundos y no volver en toda la serie, de hecho la música que se llega a repetir es la que está vinculada con los personajes, tal como Cowboy Bebop es un universo amplio su música también, y muy probablemente es la música el elemento que hace ver al anime como un universo. 


Tank! - Cowboy Bebop Opening [HD] GIF | Gfycat


En Kids on the slope no hay un tema que no esté vinculado con los personajes, todos nos hablan de ellos. Lo que es raro, porque se trata de música icónica, probablemente el que vea el anime ya conoce alguna que otra composición y tiene ideas o incluso historias de ellas, no obstante se convierte en obligatoriamente en música íntima; desde ahora podré pensar en muchas cosas cuando escuché Moanin’, pero uno de los primeros pensamientos que llegará a mi mente será la amistad de Kaoru y Sentaro. La música en este caso se vuelve en nostalgia, no en añoranza, sino un regreso al pasado, a los buenos momentos, sin que ello implique tristeza, de hecho cuando los personajes quieren abandonar su situación, directamente olvidan ese pasado, no lo llevan con ellos. 


Otro punto destacable es cómo se va formando la relación protagónica. Al principio se puede ver que Kaoru es realmente egoísta e incluso un mal amigo, inicia a convivir con Sentaro por sus propios intereses, lo envidia, y más de una vez lo tratará cruelmente y lo culpará por sus propias inseguridades. Sin embargo, Sentaro lo sabrá apreciar como un amigo, lo escuchará, lo apoyará, lo perdonará dependiendo del caso. A qué se debe, Sentaro tiene un puñado de hermanos, a Ritsuko y a Junichi (que será para él más o menos como un hermano mayor), mientras que Kaoru antes de relacionarse con estos personajes no tenía ningún amigo, ni siquiera con su familia contaba con alguien de confianza, siempre esperaba lo peor de los otros e incluso sentía pánico cuando se convertía en el centro de atención, vivía a la defensiva y con desprecio al mundo que le rodeaba. 


Aunque no por esto significa que Sentaro es un personaje menos solitario y más afortunado, hay una diferencia que puede verse cuando están separados. Kaoru sin Sentaro simplemente no parece el personaje que suele ser, entra en una decadencia, la vida le comienza a parecer tediosa o falta de sentido. Y su única manera de afrontarlo es vivir como si no importara esa ausencia. Sentaro es diferente, sufre de una soledad que oculta, sus flaquezas se ven cuando siente que un ser querido ha sido dañado a causa de él,  piensa que ese es su destino, dañar a los que ama. La soledad para él viene a ser más una clase de pago para mitigar la culpa. Es este su conflicto principal, bajo cada relación que establece hay una culpa como si no mereciera ninguna clase de cariño, todo a causa de hechos de su pasado. Por estas razones es una amistad complementaria, Kaoru encuentra seres queridos, Sentaro alguien que puede entenderlo en una soledad que no muestra a nadie. 


Es interesante, la adolescencia es una etapa que no deja ni un solo momento de tranquilidad, el jazz tampoco, las emociones y las notas musicales llegan como un huracán, cualquier descuido puede significar ser arrastrado por la corriente y terminar ahogado. Bajo esta sensación no podré entender cómo es que la música puede relajar, pues que lo hiciera significaría que no está a la par de la vida.


Oldtaku no Radio #020 – Kids on the Slope – :: Ani-Gamers

Comentarios

Entradas populares de este blog

Urusei Yatsura, la historia del electrificante amor posesivo interplanetario

Urusei Yatsura cuenta la historia de Ataru Moroboshi, un estudiante libidinoso, glotón, terror de los vecinos, vergüenza de sus padres, peligro para las mujeres, entre otras características, quien termina siendo elegido al azar como el único defensor de la Tierra ante una invasión alienígena. Deberá jugar atrapadas con una extraterrestre de electrificante personalidad llamada Lum, si logra tocar sus cuernos en el transcurso de diez días los invasores dejarán la Tierra, sin embargo el futuro se ve desalentador para los humanos ya que Lum puede volar. En vísperas de la conclusión del juego, Shinobu, la novia de Ataru, le promete que si gana se casará con él, Ataru motivado hace uso de su ingenio y logra tocar los cuernos de Lum, grita emocionado que se casará, la invasora malinterpreta ese festejo con una propuesta de matrimonio, la cual acepta gustosa. A partir de ese momento Ataru se ganará el odio de la mayoría de las personas, ya sea porque Lum ocasiona problemas en la Tierra que ca...

Kimagure orange road, una historia de adolescencia naranja

Kimagure orange road es un anime de cuarenta y ocho episodios, donde se muestra la adolescencia de Kyosuke Kasuga, un joven indeciso que al mudarse de ciudad se enamora de la misteriosa Madoka Ayukawa, una chica que cambia de personalidad constantemente y sobre la que se cuentan muchos rumores que la etiquetan como una rebelde juvenil. Por si fuera poco, la mejor amiga de Madoka, Hikaru, se enamorará por capricho de Kasuga, y comenzará una relación con él, de la cual Kyosuke no podrá librarse por su falta de carácter. Como tal eso es la serie, un vistazo a la adolescencia desde un falso triángulo juvenil, y digo falso porque no hay una tensión o cuanto menos una confusión sentimental, todo lo contrario, desde el inicio el protagonista sabe que está enamorado de Ayukawa, pero el triángulo se mantendrá por las inseguridades de los personajes, mismas que se desarrollarán a lo largo de la serie, además de servir como el núcleo para las situaciones cómicas y para las tramas de muchos episo...