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Otra Navidad con Ranma, más o menos

Hace un par de años comenté todas las historias de Ranma ½ relacionadas con la Navidad. Aunque probablemente ese tema se agotó en aquella ocasión, pues no era muy amplio, en las obras de Takahashi esta festividad es un tópico constante, por tal motivo en esta oportunidad comentaré los episodios navideños de las adaptaciones que tuve el gusto de examinar este año Maison Ikkoku y Urusei Yatsura.

 


Maison Ikkoku

En Maison Ikkoku hay sucesos periódicos que señalan el progreso o estado de los personajes en el transcurso de la historia, en su respectivo momento hablé de los que me parecían más relevantes: las partidas de Godai de la pensión y las visitas anuales de Kyoko a la tumba de su esposo, sin embargo hay otro par de circunstancias similares como las celebraciones navideñas. En este caso la serie cuenta con cuatro episodios presentados en su primera mitad, a pesar de que no se puede ver este desarrollo completo, ya que no retratan todo el transcurso de la trama, si permite al menos conocer el cómo se encaminaron los personajes. 

El primero de estos episodios llega inesperadamente rápido, es el segundo capítulo, se titula “Saltan chispas ¿A quién ama Kyoko?”. Después de tres meses de la estancia de Kyoko en la pensión, Godai decide hacerle un regalo de Navidad y así declarar su amor. Se torna difícil el asunto, en primer lugar porque encuentra a Kyoko medio dormida, quien suspira por un tal Soichiro, lo cual fuerza al protagonista a asegurarse de que Kyoko no tenga novio. Poco después descubre que Soichiro sólo es su mascota, intenta entregar el regalo, aunque no encuentra una situación ideal para hacerlo, pues cuando está a solas con ella gana su timidez o alguien llega a interrumpir la conversación. 

La primera vez que vi este episodio no noté su importancia, pero es bastante completo para explicar las personalidades de una serie que apenas comenzaba y de paso para introducir conflictos que se harían evidentes capítulos después. En este caso tenemos a las dos versiones más simples de los protagonistas, Godai un personaje tímido e indeciso, pese a que no tiene reparos en tocar Kyoko, cuando se trata de hablar de sus sentimientos o de concretar una iniciativa que él mismo ha tomado resulta un desastre. También se ve la Kyoko misteriosa de los primeros episodios, esa melancolía repentina o el especial cariño a su perro que no se explican hasta más tarde. Por otro lado se muestra el conflicto de la primera parte del anime, Godai quiere a Kyoko, sin embargo no conoce nada sobre ella, por tanto es incapaz penetrar en la emotividad de su casera. Más que un episodio navideño es una introducción a los personajes, y la época del año sirve como presentación y ambientación al conflicto de esta historia en particular (entregar el regalo a Kyoko). 



Continuamos con “El regalo de Kyoko ¡¿Qué?! ¡¿Es para mí?!”. Godai se propone que este año sí entregará un regalo a Kyoko, sin embargo ella se ha comportado de forma extraña los últimos días, no sale de su habitación en ningún momento, por lo que el protagonista ve el regalo como una buena oportunidad para sacarla de ese encierro. Horas antes de ejecutar su plan tiene una cita con Kozue, quien le regala un gorro de lana que tejió ella misma, Godai no puede irse sin darle algo también, así que toma el obsequio que tenía para su casera y se lo da a Kozue. Parece contento, no le dará nada a Kyoko, pero al menos no hizo algo incorrecto. Cuando llega a la pensión Kyoko sale a recibirlo, le da una bufanda, la cual pasó toda la noche tejiendo. El protagonista arrepentido se pone a buscar un posible regalo en cada rincón de su habitación. Al día siguiente ambos van a la fiesta navideña, en el camino se encuentran con Mitaka, quien lleva una bufanda similar a la de Godai, no obstante de otro color, tejida también por Kyoko, ambos se llevarán una sorpresa al conocer la razón de que sus regalos sean casi idénticos. 

En esta oportunidad vemos una situación similar a la pasada, sin embargo ahora Godai sí está listo para entregar el regalo, aunque su poca capacidad de establecer prioridades es al final lo que impide conseguir sus objetivos. Por otra parte se retrata uno de los nuevos conflictos en la serie con la presencia de Kozue y Mitaka, que para el momento eran opciones igual de probables que el amor entre ambos protagonistas. Kyoko ya no tiene esa faceta misteriosa, pero sigue siendo ese personaje cómico, que ignora las intenciones de Godai y Mitaka y cuyas acciones siempre son mal interpretadas por este par de hombres. Como tal se puede ver un desarrollo, aunque no muy marcado, sí significativo. En cuanto a lo navideño, en esta ocasión la atmósfera si tiene algo más de peso, pues el tema de regalar y el esfuerzo que implica hacerlo está más acorde con la fecha.


 

Finalmente tenemos una trama que se desarrolla en dos episodios: “El que la sigue, ¿la consigue? ¡Godai busca trabajo!” y “¡Ser bueno duele! ¡Las navidades presagian amores!”. Kyoko al hacer limpieza encuentra entre sus cosas una piedra de la que se interesa de sobremanera. Pide a Godai que busque información sobre ella, pues desea saber qué tipo de piedra es. Godai por otra parte está preocupado por el poco dinero que tiene para comprar los regalos de Navidad y se ve obligado a conseguir múltiples trabajos. Logra comprar los regalos, incluso uno para Ikuko, cuando se lo entrega ella cuenta que el único regalo que le dio Soichiro a Kyoko fue una piedra. Esto entristece a Godai, quien pronto entiende que a Kyoko le importará más la piedra que cualquier regalo suyo. 

Posteriormente Sakamoto, quien conocía a un geólogo, se encuentra con Godai en un café para compartir la información de la piedra, ahí le revela que la ha perdido en el metro. Ambos imparten una ardua búsqueda por todos los vagones, mientras tanto Kyoko espera al protagonista en la fiesta navideña, cada vez con más melancolía. Aunque logran encontrarla, el metro parte con la cartera de Godai donde guardaba el regalo para Kyoko. El protagonista cabizbajo y cansado decide no llegar a la fiesta, sin embargo cambia de opinión cuando lee una carta que le dejó Kozue, la cual le hace comprender que un regalo muchas veces es algo simbólico. Escribe una carta para Kyoko y la entrega junto a la piedra. No obstante parte de la fiesta al poco tiempo, al notar que se le cayó la carta de Kozue en el camino, Kyoko lo persigue, cuando se encuentran sin muchas palabras deciden partir juntos a casa después de un breve paseo. 

Esta historia ya muestra algunos cambios importantes en los personajes. Por ejemplo antes los problemas venían de Godai, de su inseguridad para entregar un regalo o de sus ausencias económicas, en esta ocasión resuelve ambos aspectos casi de inmediato. El verdadero conflicto ahora es mutuo, Godai se detiene cuando observa que Kyoko piensa en su difunto esposo, y Kyoko tampoco puede avanzar, pronto la aventura de descifrar qué tipo de piedra es la que tienen, se convierte en un conflicto más grande e íntimo. De alguna forma este también es el más Navideño, ver al protagonista desvivirse por encontrar algo que le afecta y, sin embargo, piensa primero en la importancia que tiene para su dueña. Es curioso como en ninguna de las ocasiones el protagonista puede entregar el verdadero regalo a Kyoko, pero en esta particularmente logra darle algo más importante, la compresión desinteresada a sus sentimientos, le da su espacio y no intenta forzar su amor. 

Como dato extra este par de episodios cuenta con dos referencias a Urusei Yatsura, la primera se ve cuando Godai compra el regalo de Ikuko, varios de los llaveros son personajes que aparecieron alguna vez en la serie, el más importante es el Gato mesa camilla. La segunda está cuando termina el episodio, se replica el final de “Una Nochebuena interesante”, donde la protagonista se dirige a casa, pero el protagonista la detiene diciendo que desea dar un paseo antes. 



Como observaciones generales se puede ver que ninguno de los episodios tiene drásticas diferencias al anterior, esto puede deberse a varias razones, en primera el efecto de la repetición puede ser un modo de crear esa sensación de añoranza que genera la época festiva. También se debe a que los capítulos son muy cercanos entre sí, no pasaron ni veinte episodios cuando ocurre la segunda celebración navideña. Lo que a su vez es una desventaja y una ventaja, desventaja porque en cada situación vemos protagonistas complejos que sólo muestran una faceta más o menos idéntica, aunque tan sólo ver los sutiles cambios en los personajes le da un valor. 

Un aspecto que me gusta es cómo se reflejan las limitaciones económicas de Godai, comprar un obsequio muchas veces significa grandes sacrificios en su presupuesto mensual, e incluso limitaciones en sus necesidades básicas. Es un buen retrato de lo que sufre todo estudiante universitario, además de eso permite ver que la Navidad incita al consumo, aspecto que a veces se justifica con valores como la abnegación y el amor desinteresado. Lo cual es muy correcto pues si la serie tiene un tono realista no se podría pedir menos que muestre a las navidades en sus facetas menos joviales. 



Urusei Yatsura

Urusei Yatsura cuenta con un episodio que transcurre en Navidad y dos que no pasan en ella, mas hay cierta relevancia de la festividad. De dos de ellos ya hablé anteriormente en el análisis de la serie, “Una nochebuena interesante” y “Cita con un fantasma”. Aunque no lo mencioné en su momento, Nozomi, la fantasma que tiene la cita con Ataru, muere en una nochebuena, en parte por eso se explica la comedia del episodio, ya que Nozomi le da regalos navideños en pleno verano. Ambos capítulos son buenos, el primero por ser el pionero en mostrar el cariño entre los protagonistas y el segundo por enfrentarlos a una situación que sugiere un reto para sus personalidades. 

El capítulo que resta es “Las Navidades en verano de la familia Mendo”, en él, Ryoko organiza una cena navideña en pleno verano, convence a su hermano de participar con el argumento que lo bueno siempre tiene una segunda parte. Como es común la fiesta es una excusa de Ryoko para mofarse de los otros personajes, en esta ocasión a la cena sólo pueden ir parejas, las cuales tendrán que estar atadas, además deben portar unas garras de metal para escalar un árbol de navidad gigante. en la cima se desarrolla la cena, la primera pareja en llegar tendrá un premio, un beso de los anfitriones y una remuneración.  

Es un episodio divertido, en especial generan gracia las inusuales parejas invitadas y las maneras en las que se forman, además de los conflictos que se ocasionan entre las constantes luchas de quienes escalan el árbol. Quizá pueda ser un episodio significativo para la mitad del mundo que no tiene su Navidad en invierno. Más allá de eso no es un episodio que de mucho para hablar. 



Existe otro grupo de episodios que comparten una atmósfera navideña, o más bien invernal. Como “La ilusión del muñeco de nieve viajero”, se trata de una historia extraña donde se narra la fiesta que le organiza un muñeco de nieve a Ataru después de salvarlo en distintas ocasiones, aunque el protagonista lo observa como una muchacha. En la fiesta Ataru tiene varias ilusiones, primero ve a todas las chicas de Tomobiki, después a los hombres cada uno con un discurso, al final se dice que todo lo que pasa en la ciudad es responsabilidad de Ataru. Es bastante ambiguo, donde se contrasta la felicidad que le dan las distintas chicas con el peso de ser un imán de problemas, no obstante el tema no volvería a ser tratado en el anime. Otro caso es “El zorro está locamente enamorado de Shinobu”, donde el zorrito tras escuchar una historia, cree que un demonio ha encerrado a Shinobu en una foto, para liberarla tiene que enfurecer a un oni y tocarle los cuernos, por suerte se encuentra con Lum, por desgracia no sabe cómo hacerla enojar.  

Es curioso que dos episodios referentes a la Navidad también resulten ser de los mejores del anime, lo que deja el deseo de haber visto más capítulos en estas fechas, UY es el anime más largo de Takahashi, y tres capítulos, de los cuales dos de ellos transcurren en otra época del año, se queda algo corto. 


Hace un par de años afirmé algo de lo que cada vez me veo más arrepentido, en la entrada “Una Navidad con Ranma”, más o menos traté al anime y a la Navidad como dos ámbitos diferentes, que apenas establecían sus primeros contactos. Sin embargo, tan sólo este año todos los animes de los que tuve el gusto de hablar tienen al menos un episodio que se desarrolla en estas fiestas, la relación es más amplia de lo que percibí en ese momento. Un aprendizaje del año, es que conocer distintas obras ayuda a quitar sesgos que uno mismo hace. 

Y este fue un nuevo recorrido a las navidades del mundo de Rumiko Takahashi, en esta ocasión no me queda más que despedirme y desear una entrañable año nuevo a todo posible lector.




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