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Breve comentario sobre Dragon Ball Super: Broly

Tras el regreso de Dragon Ball hace unos años a la pantalla grande y luego a la chica, tomé la decisión de no unirme al gran margen de críticas comunes que se le hacían a la serie, no tanto por fanatismo, pues de hecho duré un buen tiempo sin ver Dragon Ball Super por falta de interés, sino más bien se trataba de una cuestión de ideas, donde criticarlo era un asunto de necios. Pensé desde un inicio que si bien Dragon Ball podía explorar nuevos ángulos de sus personajes, el ciclo de estos ya estaba completo no desde Dragon Ball GT, sino desde la saga de Boo, por lo que descartaba que fuera posible ver una historia excelente y única como pasa en Full Metal Alchemist o JoJo’s Bizarre Adventure, sino que lo que en verdad Dragon Ball Super iba ofrecer eran los personajes que todos admiraron en sus infancias en nuevas aventuras, con nuevas batallas y nuevas transformaciones, de ahí todo dependía de una cuestión de cariño a la franquicia, si sólo eso basta para pasar un buen momento pues bien, a seguir viendo la serie, pero si se busca ver a Dragon Ball ocupando el puesto de shonen revolucionario que fue en sus glorias pasadas, creo que es mejor buscar en otro lugar. Aunque esto lo pensaba como algo permanente que me serviría en adelante para saber qué pensar de la franquicia, debo aceptar que Dragon Ball Super: Broly me ha hecho dudar aunque sea un poco.


¿Qué hace que Dragon Ball siga en el interés de un público? La nostalgia sirve por un tiempo, mas no me parece que sea un recurso tan sólido como para mantener expectante a un público por más de un centenar de capítulos, para mí era algo sumamente simple: las batallas. Las batallas parecían ser ese elemento en Dragon Ball que hacía que la franquicia se mantuviera en el interés de sus fanáticos. Las primeras dos sagas de Dragon Ball Super, fallaron en principal por eso, su calidad deficiente a la hora de mostrar un combate, además que ya había versiones superiores de estos dentro de las películas. Por otra parte la serie se recuperó cuando mostró una saga centrada en un torneo interdimensional de artes marciales y llegó a su punto más aclamado con otro torneo más grande que el anterior. El fervor por las batallas es tal, que ante cualquier avance de personajes o inutilidad de algunos, se dieron pasos atrás con tal de recuperar guerreros, de hacerlos poderosos si resultaban débiles con los frenéticos incrementos de poder que había en cada saga o darles motivación aquellos que no seguían la eterna superación de peleador de artes marciales. Gohan que era un hombre de familia volvió a su rol de luchador con tal de proteger a sus seres amados cuando fuera necesario, Krilin vuelve a ser un personaje útil ya que sólo le faltaba un poco de confianza, Roshi sale del retiro pues su experiencia en el combate vale más que la juventud y el poder de muchos. Aunque esa parece ser la norma general a futuro de la franquicia, Dragon Ball Super: Broly dio un leve giro de tuerca.


La película no es innovadora en su mayoría, la presentación es la misma, los primeros minutos para introducir al villano de turno, ponerlo frente a los protagonistas y lo que resta dedicarlo a una gran batalla. Lo que cambia es que esta vez la introducción es exclusiva para el antagonista, para mostrar quién es; lo que es hasta cierto punto discutible pues dicha introducción resulta una mezcla de momentos emblemáticos de la franquicia: nacimiento y expulsión de Broly, destrucción de los saiyajin, el sacrificio de Bardock. Pero ante todo, la película resiste porque más que innovar se afinaron elementos que en ocasiones anteriores fueron meramente anecdóticos, como que fuera Bardock el que enviara a Goku a Tierra con la ilusión de salvarlo, o la reacción Gine al separar a su hijo de su raza con todo lo que implica, e incluso pequeñas cosas como que hasta en una raza guerrera no todos son peleadores, sino que hay una repartición de tareas. Sin duda, el cambio principal fue hacer de Broly un personaje completo, en su primera Ova parecía un monstruo condenado al poder, pero que en su faceta normal no marcaba una personalidad que hiciera contraste. Las otras dos ovas lo hicieron directamente un monstruo poderoso, es hasta esta película en que Broly tiene su otra parte de personalidad, la de un joven sin malicia que ni siquiera gusta de la violencia, lo que hace más significativo que sea un monstruo frenético sin autocontrol cuando es provocado.
Dragon Ball ya había intentado varias veces hacer personajes que al fin de cuentas estuvieran ligados a la violencia, pero no quisieran ese destino, desde sus inicios con el androide 8 Octavio, el androide 16 o Majin Boo. Más la gran mayoría dejaron de ser personajes muy rápido, o en el caso de Majin Boo tuvieron que hacer uso de las metamorfosis para tener un enemigo realmente malvado, mientras que la versión bonachona no parece mostrar más signos de complejidad. Broly es un punto a destacar, parece que será un personaje recurrente, sin embargo no ama el combate y la violencia como el resto de los personajes, lo importante en él no es la forma en que se vuelve un guerrero legendario, sino cómo inicia a ser persona por propia cuenta. Incluso me recordó a una de mis participaciones favoritas de Vegeta, rendido ante una amenaza que no puede controlar, un tanto arrepentido por dejar a un lado a su familia para llegar a su meta: sanar su orgullo herido; en esa situación decide por primera vez en su vida hacer algo por otros, sacrificarse con tal de salvar a aquellos que amó. En mi mente está más presente la despedida de Vegeta abrazando a Trunks que su combate con Majin Boo, y eso es lo que logra este largometraje, un interés no por saber qué tan poderoso será su antagonista ante otros oponente y otras transformaciones, sino por el camino que tomará; lo que no es fácil pues esta película tiene una de las batallas más espectaculares de toda la franquicia.
 

Curiosamente Dragon Ball Super: Broly es un soplo de aire fresco compuesto de ideas recicladas. Si bien sigo creyendo que Dragon Ball no es lugar para buscar otra gran historia que sorprenda al mundo entero, creo que vale la pena visitarlo una que otra vez, pues puede haber una sorpresa dentro de las espectaculares peleas con nuevas transformaciones y enemigos invencibles.

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