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Breves comentarios sobre Maison Ikkoku

Hay ciertas obras que no se pueden superar del todo, y cuando uno las termina con voluntad o sin ella la siguiente acción es buscar una experiencia similar. Esto me ocurrió con Kimagure orange road, a las semanas entendí que necesitaba una historia parecida, y la recomendación que más me convenció fue Maison Ikkoku, que en general si comparte algunas similitudes, pero con enfoques diferentes, por ejemplo Maison Ikkoku es más adulta en cuanto a la edad de sus personajes, lo que permite ver situaciones que en Kimagure Orange Road apenas se mencionan. Mas no me planteo hacer una comparación, así que sólo hablaré de Maison Ikkoku.



Maison Ikkoku es un edificio de apartamentos famoso por su pésimo estado y sus malos inquilinos, en él vive Godai, un joven estudiante que se prepara para los exámenes de ingreso a la universidad, tarea que no es fácil por si sola, para mala suerte de Godai también tendrá que lidiar con sus vecinos, que gustan de hacer ruidosas fiestas y burlarse de él por sus constantes fracasos académicos y personales. Las cosas cambiarán (aunque no mucho) con la llegada de Kyoko, la nueva casera, una chica apenas unos años mayor que el protagonista, de la que se enamorará Godai primero por su belleza y luego por ser la única persona en todo el edificio que parece tener algo de empatía por él. Kyoko funcionará como la motivación de Godai para muchas de sus acciones, como entrar a la universidad y graduarse para tener un buen futuro en el que pueda casarse con su casera. Pese a que piensa mucho en su futuro, el presente es menos alentador para Godai, en parte porque la protagonista no parece interesada en los amores del estudiante, además que siempre tendrá que enfrentar condiciones adversas que no le darán descanso, desde la escasez de dinero hasta el poco prestigio de su universidad que resiente en sus oportunidades laborales.   


De ahí la historia es muy larga y difícil de dividir, en especial porque sucesos determinantes ocurren con mucha frecuencia, pero en general yo la fragmentaría en dos partes, del primer episodio hasta el cincuenta y de ese hasta el final. En especial porque el género de la serie cambia, al inicio es una comedia principalmente, centrada en las desventuras de Godai, las maldades de los vecinos y de vez en cuando los intentos del protagonista por atraer a Kyoko. La segunda está más centrada en el romance de los protagonistas ahora sí correspondido, de los múltiples obstáculos que tienen que vivir para estar juntos, la conformación de Godai en un adulto (que encuentra su vocación, que está por finalizar la universidad, entre muchas otras cosas) y la resolución de los conflictos de Kyoko. Dudo en llamarla a esta segunda mitad una comedia romántica, pues hay episodios donde es difícil incluso reírse y los chistes tienden a ser crueles. Aunque no es una división del todo precisa, pues hay asuntos que se desarrollan desde el inicio de la serie, además que en su transcurso pasan años, no hay pausas en los sucesos que dejen cambios en elipsis. 


Múltiples eventos de hecho ocurren varias veces en la serie, pero estos cambian según la evolución de los personajes, por ejemplo no pasan ni diez episodios cuando Godai ya declaró su amor a Kyoko, la primera vez lo hace borracho y Kyoko interpreta que es una broma, cuando el protagonista le asegura que en realidad lo decía en serio, lo dice porque está celoso. Y así, en general las primeras acciones de Godai son inmaduras, pero conforme pasan los episodios, aunque sus actos no dejen de ser precipitados, es notable su crecimiento. Las primeras veces que está junto a Kyoko sólo piensa en cómo tocarla o besarla, luego se vuelve más comprensivo y menos impulsivo. 


De hecho el patrón que más se repite es cuando Godai se va de la Maison Ikkoku, y es una muestra perfecta de su evolución. La primera vez se va porque ha fallado en todos sus exámenes y se avergüenza que Kyoko vea sus fracasos, a pesar de su apoyo. Vive en un estado lamentable por un par de días, con pocas esperanzas, hasta que sorpresivamente se entera que ha conseguido un resultado favorable en los exámenes. La segunda se va de Maison despechado al creer que Kyoko se casará. Su vida lejos de Kyoko resulta peor, pues tiene que soportar vecinos más nefastos de los que ya tenía. Se entera del malentendido de la boda de Kyoko, e intenta regresar, pero sus vecinos crearán un malentendido mayor que hará que Kyoko se niegue a dejar vivir en la Maison Ikkoku. Finalmente Godai termina en las calles, y la protagonista, enterada de la verdad, lo busca y se reconcilia con él. La tercera partida se ocasiona un día antes de sus exámenes finales, cuando Godai celoso pasa toda la noche intentando pelear con Mitaka. Cuando Kyoko lo encuentra ebrio, lo amonesta por su estado y por no tomarse en serio sus estudios. Godai, por primera vez en la serie, entiende que vive alrededor de Kyoko y todas sus decisiones giran entorno a ella, mientras descuida aspectos importantes de su propia vida. Decide no volver a la pensión hasta el final de sus exámenes, no por Kyoko, sino porque cree que en el edificio nunca podrá estudiar como es debido. Hay pues un proceso que el protagonista va tomando de a poco una madurez, aunque las situaciones se generan casi por las mismas razones (los malentendidos y la falta de seguridad), Godai logra afrontarlas cada vez con algo más de dignidad y aprende de cada situación, las dos primeras partidas de la pensión las hace por Kyoko, la tercera por él.


Maison Ikkoku. Godai y Kyoko | Dimensión Dandy

 

En la protagonista el evento que se repite y nos muestra su progreso es la visita anual a su difunto esposo Soichiro. La primera ocasión tiene un tono nostálgico, la protagonista sigue pensando que parte de su vida quedó anclada a su difunto marido y ahora sólo debe honrarlo en silencio hasta la muerte. La segunda visita muestra sus conflictos, el desacuerdo que tiene con sus padres por haberse casado en contra de su voluntad y su resistencia a no amar a nadie de nuevo porque eso significaba una traición. La tercera demuestra una voluntad por seguir adelante con su vida sin que esto ya le signifique un olvido a su difunto esposo. Y visitas posteriores explorarán su decisión entre Godai, Mitaka o permanecer sola. Aunque no puedo nombrar una por una, cada visita es un reflejo de lo que atraviesa el personaje. 


Como en otras obras de Rumiko Takahashi hay una presencia de esos triángulos, que llegan a ser hexágonos, y que van sumando integrantes cada tanto en la obra. El primer personaje de este tipo es uno que en realidad nunca se presenta, pero cuya presencia es suficientemente relevante para impedir que Kyoko siquiera piense en estar con otra persona, su marido Shoichiro, que murió en los primeros años de matrimonio, de aquí surge el conflicto principal de la protagonista, Kyoko no quiere amar a nadie más que a su esposo, lo que será fácil, pero de a poco esta convicción moral le será dolorosa y difícil de cumplir. Lo que se convertirá también en una preocupación para Godai, pues sabe que si Soichiro alguna vez tuvo algún defecto estará olvidado en la muerte, bajo un amor idealizado, con el cual no puede competir. 


Luego está Mitaka, un tipo bonachón que en sus tiempos libres es maestro de tenis, también se enamorará de Kyoko, este será el rival de Godai a lo largo de la serie, pese a que Kyoko no parece verlos con mayor interés a ninguno de los dos. Godai temerá a Mitaka por tener todo lo que él apenas sueña con darle a Kyoko, es más atractivo, con independencia económica y algunos lujos como un auto y un gran apartamento, además de cierto éxito en el tenis profesional, que en nada se comparan con un pobre estudiante con pocas esperanzas de tener un futuro exitoso. El único defecto de Mitaka es su fobia a los perros, asunto a considerar pues Kyoko tiene una mascota que adora. Por otra parte Mitaka es de los mejores personajes de la serie, es raro ver un rival que esté en mejores condiciones que el protagonista y además sea expuesto con una posición moral y sentimental idéntica. A lo largo del anime se puede ver cómo supera sus temores, también se ven sus crisis morales, entre otras cosas que lo hacen un personaje entrañable. Otro punto que me gusta es esta amistad de complicidad que surge entre rivales, que está al nivel de un Ranma y Ryoga, donde los personajes encuentran en sus desdichas amorosas una similitud y consuelo. 


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De parte de Godai también hay dos personajes, Kozue una muchacha simpática que conoce a Godai mientras trabaja de repartidor y con la que iniciará una amistad, Kozue está dispuesta a emprender una relación más íntima, pero Godai sólo se interesa por Kyoko. Los conflictos siempre llegarán más por el lado de Kyoko que malintepretará la relación de estos de personajes. Kozue incluso tendrá una amistad con Kyoko, sin embargo el personaje se mantendrá en un papel secundario en la gran mayoría de la serie. Tiene un papel similar al de Hikaru en Kimagure Orange Road, sin ocupar una función protagónica hasta los últimos episodios. 


La otra chica es Yagami, una alumna de Godai que lo conoce durante sus prácticas profesionales, y que se enamorará de él en parte por capricho y en parte por creer que es más misterioso de lo que en realidad es. Yagami es todo lo contrario a Kozue, ella será muy directa, verá desde inició a Kyoko como una rival y emprenderá planes violentos para conquistar a Godai. Su función sí es la de crear tensión entre la pareja protagónica. Sin embargo creo que el punto más soso en toda la serie es cuando Yagami aparece, da mucho drama a los episodios y hace que se pierda en gran parte el tono cómico, pero nunca causará una verdadera distancia entre los protagonistas, su participación es similar a la de una molesta mosca, la espantas con la mano y regresa. Algo interesante de la participación de Yagami son las circunstancias en las que se enamora, casi las mismas condiciones en las que ocurrieron años atrás el enamoramiento de Kyoko y Soichiro. En distintos momentos de la serie se verá cómo la protagonista será la más empática, entre todos los personajes, con su rival, al ver en ella su mismo caso, pero con menos suerte. 


Debo decir que en caso de la rivalidad femenina me dejó decepcionado a comparación de Godai-Mitaka. Dicho desnivel entre rivalidades tiene sentido si se considera que el protagonista se enamora de Kyoko desde el inicio de la serie y no dudará de sus sentimientos, salvo en situaciones en que cree que Kyoko no está dispuesta a corresponderle. Por lo que no le causarán una verdadera duda ni Kozue ni Yagami. Mientras que Kyoko se enamora en un punto indeterminado de la serie e incluso cuando realmente piensa en Godai (y Mitaka ya no la pretende), Soichiro sigue significando un obstáculo, por lo que es fácil saber que las situaciones más interesantes vengan entre las rivalidades de hombres. 


Maison Ikkoku- Capítulo 26 COMPLETO (Español castellano) - YouTube


Un tema importante que propone la serie es la diferencia entre el amor ideal contra el amor realista. La gran mayoría de los personajes viven entre dos opciones, seguir a su amor soñado aunque no hay muchas posibilidades de estar con esa persona. O bien, aceptar un amor que no es con el que sueñan, pero que ofrece cariño seguro. Hay muchos casos en toda la serie, Kyoko y Shoichiro son la primera muestra del amor ideal y perfecto, sin embargo por lo poco que dura, parece que la naturaleza de este amor es breve. De ahí en más todos son diferentes. Asuna y Mitaka o Kozue y su esposo son por otra parte relaciones en las que ni Mitaka ni Kozue terminaron con la persona que soñaron a lo largo de todos los episodios, sin embargo una vez que superaron esa decepción y aceptaron lo que tenían, fueron felices. La relación de los protagonistas es un término medio, Godai se aferra a estar con Kyoko sin importar todo lo que pasa. No obstante está lejos de ser amor ideal, pues lo que más hay en la serie son conflictos, faltas de confianza, enojos, orgullo, es todo un logro que tal pareja para el final exista, lo que bien puede servir de moraleja, el amor soñado sólo llega tras muchos esfuerzos y dolores de cabeza, aunque no es precisamente el único que asegura la felicidad. 


Bajo este mismo tema nace una de mis inconformidades, la poca dinámica de la pareja. Como ejemplo están Kasuga y Ayukawa de Kimagure Orange Road, desde el primer episodio puede verse cómo conviven, la forma en que se divierten entre ellos, tan sólo al observarlos uno puede asumir el porqué deben estar juntos. En Godai y Kyoko salvo un par de ocasiones, los momentos que más los representan como pareja es cuando no están juntos pero intentan estarlo, como en el capítulo 14,  o cuando tienen conflictos. Similar a un Ranma y Akane, sin la misma gracia, en Ranma ½ se puede ver ese juego de no decir las cosas, pero que en cada momento hay una acción o una palabra dicha a medias que demuestra el cariño de los protagonistas, que convierte toda acción de desdén en lo contrario; en Maison Ikkoku no se siente este doble significado, los celos, los desacuerdos, la falta de confianza se ven tan temibles como en realidad son. Y si no hay diversión entre ellos, o un cariño implícito, al final de la serie uno puede decir que terminan juntos sólo porque otra opción no era probable. 


Es un poco difícil hablar de la historia sin hacer detenidas observaciones en los personajes, porque de hecho creo que es el punto más fuerte de la obra. Los múltiples personajes que aparecen, incluso sin desempeñar una función importante, llegan a mostrar mucho carisma. Los más importantes son los otros inquilinos de la Maison Ikkoku, Ichinose una ama de casa que gusta de la bebida, llegará a ser como una amiga y una figura materna para Kyoko, muchas veces la aconsejará o al menos le dará un contraste cuando la protagonista pasará por malos momentos, señalando el lado más agradable de las cosas. Junto a ella, sus compañeros de fiesta serán Yotsura un hombre misterioso que gusta de espiar, burlarse y chantajear al protagonista, en mi opinión el personaje más cómico de la serie. Y Akemi, una chica que parece contraria a Kyoko, menos recatada y más desinhibida. O fuera de la Maison, Iioka  encargado del cabaret en el que Godai tendrá que trabajar por una deuda que consiguió en una noche de alcohol, este será un consejero y mentor para el protagonista. Sakamoto mejor amigo del protagonista desde el inicio de la serie, quien ayudará o meterá en problemas al protagonista en distintas ocasiones. Los padres de Kyoko enemigos de la vida que su hija tomó, muchas veces harán planes para que actúe según su decisión. O la abuela de Godai consejera y figura materna de su nieto que lo apoyará de muchas formas para convertirlo en un adulto. En fin hay una larga lista de personajes importantes a lo largo de la serie que tienen momentos de relevancia y de los que me gustaría comentar con detenimiento, pero que la extensión no me lo permite. 


Además del anime hay una película que me gustaría mencionar. Esta cuenta un par de sucesos importantes en la historia. Antes de comentarlo debo describir un poco cómo son los últimos episodios de la serie, cuando Godai y Kyoko ya son una pareja y están listos para casarse. Me gusta la recta final de la serie porque el tono se vuelve más nostálgico y los personajes más introspectivos, se siente que el final se acerca, no como una despedida, sino que los protagonistas encontraron la forma de vida más estable, ya sin dramas amorosos, miedos por el futuro o decisiones que impliquen malentendidos. En estos últimos episodios se verá la reacción de los padres a la boda, a Kyoko y Godai conociéndose y reflexionando sobre su próxima etapa de vida y tanto más. Hay una pérdida de algunas cosas, la comedia cae a cuenta gotas, Godai ya aparenta ser la persona más madura y segura del mundo, queda poco de esa atmósfera con la que inició el anime. 


Rumiko Takahashi, Studio DEEN, Maison Ikkoku, Kyoko Otonashi ...


La película transcurre en vísperas de la boda, y tiene un valor reivindicativo, trae brevemente estos elementos que quedaron rezagados antes del final y en especial de la primera mitad de la serie. En ella todos los miembros de la Maison Ikkoku preparan una fiesta antes de la próxima boda de los protagonistas. Sin embargo para Godai será especialmente difícil celebrar por la ausencia inesperada de Kyoko, que se suma con los rumores de los vecinos sobre la ansiedad de la novia por una carta, que bien podría ser de un antiguo amante. Por si fuera poco, en la fiesta aparece Yagami, quien ignora la celebración venidera, decidida a volver a la vida de su profesor. A la fiesta llegan una gran cantidad de personajes a felicitar a los próximos cónyuges, desde los más entrañables como Mitaka, hasta los más olvidados como el club de las marionetas. Lo que impedirá que en toda la noche Godai pueda hablar con Kyoko sobre la naturaleza de la carta que lo pone tan ansioso. La película no sólo es un buen medio para recuperar lo que no pudo ser mostrado en los últimos momentos del anime, sino que responde otras cuantas preguntas y justifica situaciones futuras que se mencionan en el capítulo final, cosas como cuándo exactamente se enamoró Kyoko del protagonista o el futuro del Yagami. Es un buen complemento, que permite disfrutar un poco de la magia de los primeros episodios del anime, además de dejar respuestas a distintas preguntas. 


Ver Maison Ikkoku fue una tarea larga, incluso aunque la extensión de este comentario es más larga de lo común, parece que mucho de lo que se puede hablar aún aguarda páginas futuras. Un recorrido interesante para observar la entrada a la vida adulta desde el carisma que suelen tener las historias de Rumiko Takahashi.


Maison Ikkoku | Manga cute, Old anime, Anime romance




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