El guardián entre el centeno y La campana de cristal son historias de protagonistas que no encajan de ninguna manera en el sistema social que habitan. Conocen su futuro, saben que la vida se ha convertido en un molde condenado a la repetición, les depara una existencia banal, llena de logros que a la larga no son ni significativos, ni satisfactorios, por tanto estos personajes, a pesar de que puedan tener las mejores oportunidades, se niegan a seguir construyendo aquel destino y a continuar con una vida fútil. El medio para realizar esta negación es un intento de escape, ambos protagonistas por un par de días se convierten en vagabundos, y bajo esa posición pueden observar lo irreal que es el mundo que los rodea, aunque la vida como vagabundo es severamente hostil, no cambian de opinión, observan con el mismo desdén el camino impuesto. El guardián entre el centeno El guardián entre el centeno es protagonizado por Holden Cauldfield, un muchacho extremadamente problemático, lo ha...
"¡Sí, no soy más que un vagabundo, un peregrino en la tierra! ¿Eres tú algo más?"